Um... Aroma de café mañanero del último domingo de abril. Parece mentira que llevemos ya más de un mes encerrados en casa... Pero bueno, ¡no nos pongamos tristes cafeteros! Me apetece compartir con vosotros un par de poemas inspirados en una fotografía de una magnífica artista. Ella sabe captar la esencia de los lugares abandonados, recónditos y a veces, olvidados justo en lo que llaman los fotógrafos el momento perfecto. Pero... ¡No me extiendo más en la espuma del café! Aquí os dejo nuestro bello momento para que creéis el vuestro mientras desayunáis... O merendáis... ¡Salud cafeteros!
II
Soledad
que sabe a esparto,
a leche
y a muerte.
A monte de tomillo seco,
a cauce hueco,
a corazón abierto.
Soledad,
que esconde un profano lugar
tocado de luz divina
Soledad,
que arranca la vida
la fija y la tiñe en grises.
Soledad
que sabe a esparto
a leche,
a muerte.
III
Mi tierra es de sol y tomillo
de romero tinto
de piedra calcárea
con pezones de roca lamidos
por hijos nacidos de cesárea.
Imagen de Celia Reolí.
Facebook: Celia Morfosis
Instagram: @dellacrocee
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